MATRIMONIOS ENTRE PRIMOS

Como hemos visto, en el barrio vivieron muchos hermanos que crearon una familia. Hermanos que se casaron con personas del mismo pueblo o de pueblos distintos. Pero también, en el barrio hubo parejas formadas por primos. Es evidente que surgió el amor, pero también hubo la necesidad de solucionar problemas que surgían. En ocasiones, un miembro de la pareja fallecía y el que se quedaba tenía que hacer frente al cuidado de unos pequeños niños, que él o ella no eran capaces realizar solos, el trabajo, atención a los hijos, la escuela… Aunque no siempre la existencia de hijos fue la causa de los matrimonios entre primos.

Así sucede con Leandro Turiel García e Ignacia Menchaca Turiel. Ellos vivieron en la casa nº 56, pegando al río Muriago. Leandro fue una persona de gran prestigio en el pueblo, y se casó con Ignacia. No tuvieron hijos. Con el paso del tiempo a medida que avanzaba la edad abandonaron la casa y pasaron a vivir en la zona del barrio de Santa Margarita. Hizo un cambio de casa, pasando a vivir, a partir de los años 80, en la casa de Leandro, la familia formada por Pedro Luguera Cuesta y Encarnación Ruiz Fernández con sus hijos Andrea y Juan.

Otro matrimonio de primos, fue el formado, por Ángel Fernández Martínez y Constancia Fernández Ceballos, ambos vivieron en la casa nº 27. Ángel, soltero, vivía con su madre Ción. Constancia casada, con varios hijos, tuvo la desgracia de quedarse viuda. En determinado momento, deciden unir sus vidas, con lo que Constancia pasa a formar parte del barrio. No tuvieron hijos, pero Constancia tenía varios, aunque sólo las dos de menor edad, Luci y Mari Sol, formaron parte de nuestra infancia y juventud. De Constancia, será necesario hablar más adelante, por el papel que jugó en la creación de una familia dedicada al mundo de las romerías y de los churros. No podemos olvidarnos que, el bueno de Ángel, fue atropellado por el tren, lo que le produjo una cojera que le acompañó de por vida.

Igualmente, Juan Pereda Saiz y Emilia Pereda, que vivieron en la casa nº 37, eran primos que contrajeron matrimonio. Juan estuvo casado, pero su primera esposa falleció, dejándole al cuidado de dos niños. Pasados los años, contrajo su segundo matrimonio con su prima por parte paterna, Emilia, con la tuvo otros cuatro hijos más. Una nueva familia con seis hijos que con el esfuerzo de los dos consiguieron sacar adelante.