En estas fechas es normal escribir cartas a los Reyes Magos. En el ABC aparece una, enviada por María Pardo Zamora, de Xirivella (Valencia), que copio literalmente ya que se puede adaptar a las peticiones de cualquier ciudadano.
Queridos Reyes Magos:
La magnanimidad de nuestro presidente, señor Rodríguez Zapatero, es tan grande que sólo tiene tiempo para ocuparse de la alta política; la que se escribe con mayúscula. Como el Proceso de Paz, la Alianza de Civilizaciones o la Ley de Memoria Histórica. Entiendo, por tanto, que no pueda atender a los problemas cotidianos que nos afligen a los ciudadanos de a pie. Por ello me atrevo a pediros:
Para mi cuñado Juan, unas rejas para las puertas y ventanas de la vivienda que tiene en las afueras de la ciudad, y en la que ya le han entrado a robar tres veces.
Para mi sobrina Ana y su novio, un piso con un alquiler asequible que les permita casarse. La compra con hipoteca necesitarían cincuenta años para pagarla.
Para mi primo Antonio, el profesor de ESO, que supere el estrés que lleva acumulado debido al acoso que sufre por parte de sus alumnos.
Para mi país, que se supere la crispación política que amenaza nuestra convivencia.
Y finalmente, para mí, que consiga que me devuelvan los ahorros que tenía en el Fórum Filatélico y el importe del billete de avión, con Air Madrid, contratado para irme de vacaciones estas fiestas.
Atentamente, os saluda,
María.
PD/ Os ruego que me concedáis lo que solicito cuanto antes, pues es posible que el año próximo, con la implantación del laicismo en España, hayáis dejado de existir.
Queridos Reyes Magos:
La magnanimidad de nuestro presidente, señor Rodríguez Zapatero, es tan grande que sólo tiene tiempo para ocuparse de la alta política; la que se escribe con mayúscula. Como el Proceso de Paz, la Alianza de Civilizaciones o la Ley de Memoria Histórica. Entiendo, por tanto, que no pueda atender a los problemas cotidianos que nos afligen a los ciudadanos de a pie. Por ello me atrevo a pediros:
Para mi cuñado Juan, unas rejas para las puertas y ventanas de la vivienda que tiene en las afueras de la ciudad, y en la que ya le han entrado a robar tres veces.
Para mi sobrina Ana y su novio, un piso con un alquiler asequible que les permita casarse. La compra con hipoteca necesitarían cincuenta años para pagarla.
Para mi primo Antonio, el profesor de ESO, que supere el estrés que lleva acumulado debido al acoso que sufre por parte de sus alumnos.
Para mi país, que se supere la crispación política que amenaza nuestra convivencia.
Y finalmente, para mí, que consiga que me devuelvan los ahorros que tenía en el Fórum Filatélico y el importe del billete de avión, con Air Madrid, contratado para irme de vacaciones estas fiestas.
Atentamente, os saluda,
María.
PD/ Os ruego que me concedáis lo que solicito cuanto antes, pues es posible que el año próximo, con la implantación del laicismo en España, hayáis dejado de existir.
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