Nuevamente nos ilustra Paulino Laguillo, en la Tribuna Libre del Diario Montañés, en un tema que conoce a la perfección, ya que pertenece a una familia en la que varias generaciones trabajaron en la fábrica de Trefilerías Quijano (antes Nueva Montaña Quijano, SA).
Realiza un balance de la actividad industrial del valle y mucho nos tememos, que a pesar de que al final deja abierta una puerta a la esperanza, la dura realidad es que la situación ahora es peor que antaño y no sabemos si incluso mejor que la que nos deparará el futuro.
La pérdida de varios miles de puestos de trabajo constituye un deplorable balance en esta comarca, no habiéndose podido ni tan siquiera mantener los que legaron las generaciones que nos precedieron.
Sólo nos queda esperar, ingenuamente, a que las promesas de las fuerzas políticas se conviertan en realidad.
Merece la pena leer el artículo en su totalidad. Para acceder a él, pulsar aquí.
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