En el anterior capítulo, hemos recordado el papel que tenía para los vecinos del barrio, la cocina y la huerta. Ahora trataremos estos otros aspectos:
LAS FUENTES DE ENERGÍA
Durante mucho tiempo la cocina, la calefacción y el agua caliente la obteníamos a través de dos materias primas, que era necesario tener presentes en nuestras casas. Estas dos materias primas, eran el carbón y la madera. A lo largo de todo el año, independientemente de las estaciones en la que nos encontráramos, siempre estaba presente en las casas el caldero de carbón y de leña. Ambas materias podíamos comprarlas, pero durante mucho tiempo, la llegada a la casa fue diferente, el carbón se compraba, la madera la recogíamos en el monte.
Veremos que el monte nos aportaba muchas más cosas que leña.
LA TIENDAS EN EL BARRIO
Hemos visto como los habitantes del barrio, eran capaces de satisfacer gran parte de sus necesidades básicas. Pues el cultivo de las huertas, la obtención de frutas de los árboles que había en el terreno, o la carne y huevos que se obtenían en los gallineros, las cubrían, también es cierto, que hay una parte que no podían obtener. Es cierto que, en el pueblo, había muchos comercios para realizar otras compras. Sin lugar a dudas, uno de los centros más importante era la Cooperativa de la fábrica. Allí, todos los trabajadores de la fábrica podían acceder a muchos productos a más bajo precio. Lógicamente los vecinos del barrio, como trabajadores de la fábrica, tenían acceso a los productos que allí se vendían.
Pero en el barrio, hubo durante un tiempo tres tiendas en las que los vecinos compraban muchos de los productos que no eran capaces de producir. Estas tiendas, eran las de Julían y Césarea, las de Cobo y María y por último la de Angelín y Virginia. Las dos primeras, situadas en el propio recinto del barrio, y la última a unos cien metros de la entrada, precisamente donde se encuentra el cruce de caminos en dirección a la entrada al barrio y en dirección a las casas de Pendio, camino estrecho, que nos deja a mano izquierda la casa de Martinón, y posteriormente, la enorme pared de piedras que cercaba la finca de Mazarrasa, actual Ayuntamiento del Municipio.
Igualmente, las dos primeras, podíamos considerarlas como bar-tienda dado que en ambas se despachan alimentos para las familias y al mismo tiempo, era el lugar donde se tomaba el último vino antes de llegar a casa. Además, ambas tenían su correspondiente bolera. En cambio, la de Angelín y esposa solo era tienda de comestibles.
Vayamos con cada una de ellas.
OTRAS ACTIVIDADES
En el barrio como veremos en otro capítulo fueron varios los vecinos, ejercieron otro tipo de actividades como una manera de apoyar a la familia.
Actividades de todo tipo. Pero hoy solamente quiero resaltar las relacionadas con la enseñanza.
En todo caso, una nueva parte de la historia de nuestro barrio ha salido a la luz, gracias a los recuerdos de nuestros vecinos. La próxima vez nos fijaremos en los juegos con los que nos divertíamos en aquellos momentos.
José Francisco López Mora
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