El interior de las casas del barrio venía, a ser prácticamente el mismo en todos los edificios, aunque con algunos cambios puntales. Así, mi familia vivió en uno de los edificios de cuatro viviendas, dos arriba y dos abajo, concretamente en el nº 22 situado en la parte superior. Había unas escaleras y a través del balcón nos encontrábamos con la puerta de entrada a la casa. Una vez aquí, lo primero era la cocina; desde aquí, se podían ver dos puertas que daban acceso a dos habitaciones. Si nos desplazábamos hacia la derecha, hacia la pared, había un pequeño pasillo que daba a dos puertas, una de entrada a la tercera habitación y otra al baño. Vayamos a cada una de las estancias.
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